sábado, 31 de octubre de 2015

Αλκαίος

He encontrado casa en Salónica. Estas semanas he estado buscando en diversas páginas de internet, y tras mucho descartar (o, más bien, se descartaron ellas solas cuando llamaba y no cogían el teléfono o me decían que ya las habían alquilado. ¡Quiten los anuncios, señores propietarios!), solo quedó una para ir a ver. Menos mal que me gustó. Fuimos de excursión la semana pasada a Salónica y se vino a verla hasta Roberto, el alumno que manda la UMA este año.

La casa está en la parte alta de la ciudad, así que tiene unas vistas magníficas: los montes con los que limita al norte, toda Salónica hasta el mar, el Golfo Termaico y hasta el Olimpo. Será como si no me hubiera ido del pueblo. Tiene una terraza estrecha y larga con salida desde la cocina, un dormitorio y el salón con muchísimo espacio para tender y hasta sentarse al fresquito en verano. Los dormitorios son dos más un tercero que al principio era el salón, por lo que es más grande que los otros dos y tiene un sofá y una mesa de comedor. Sus tres camas, tres armarios y tres escritorios con silla. Cocina con de todo, alfombras, cortinas, aspirador, internet, dos estanterías, calefacción por petróleo... Para entrar a vivir. De hecho, es tan mona que a Roberto le dieron ganas de salir del zulo en el que está viviendo el pobre y venirse conmigo. Pero al final se lo pensó y decidió quedarse; lo que no quiere decir que no nos vayamos a ver.

Me mudo pasado mañana, que es día dos, pero como es lunes calculo que habrá más autobuses, para no pasarme el día entero esperando en las paradas. Γιώργος vendrá en un par de días, cuando termine de arreglar y dejar cerrados sus asuntos, y hasta el día diez que tiene que presentarse en el cuartel de Grevená pasearemos por Salónica para a conocerla e iremos de compras, yo para la casa y él para la mili.


Por cierto, que hace unas semanas fuimos al Olimpo de nuevo, esta vez con Roberto y su pareja. No subimos tan alto como el año pasado, pero nos dimos una buena caminata. Estuve una semana con agujetas en los muslos.

Litójoro, el pueblo que vive a los pies del Olimpo.
Al fondo se vislumbra la península de Calcídica