lunes, 28 de diciembre de 2015

Ζαγρεύς

Llevo unos cuantos días en el pueblo. No es la primera vez que estoy aquí sola, pues en septiembre y octubre Γιώργος se fue a Atenas un par de veces; tampoco es la primera vez que llego yo sola, pues cuando fuimos a Creta en abril yo vine en avión vía Salónica y él llegó unos días más tarde vía Atenas. Por supuesto, aquí nadie tiene ningún problema en que lo hagamos así: ni ellos ni nosotros. Da gusto ir y venir a las casas griegas; esta debe de ser la famosa hospitalidad griega de la que tanto se habla. Así, yo cada día quiero más a esta familia y ellos cada día me aprecian más, estoy segura. Como pequeña muestra de agradecimiento por su hospitalidad les he dejado bajo el árbol de Navidad unos pequeños regalitos que compré en el Tiger. Nada especial, pero seguro que les hace ilusión; ¡me hacía hasta a mí! Por eso se los dejé la mañana del día 25, aun sabiendo que en Grecia es el 31 por la noche cuando pasa Άι Βασίλης. Yo les dije que, como soy española, he preferido dejárselos en el día español y ellos me contestaron que, como son griegos, prefieren dejarlos ahí hasta el día griego. Ningún problema.

Después de mí también llegaron los de Patras: mis suegros y mi cuñado. Ya solo falta Γιώργος, que se espera para mañana por la noche. Como no llegó a tiempo a apuntarse en la lista del permiso de Navidad, se tuvo que apuntar en la lista de Nochevieja/Año Nuevo. Dice que saldrá del cuartel por la mañana y cogerá el primer tren que pase (que tampoco son muchos), y como tiene que recorrer toda Grecia del norte a velocidad no de AVE, porque es imposible con tantas montañas, tardará todo el día en llegar.

Este es más o menos el recorrido que hace el tren desde Νέα Βύσσα, donde lo coge Γιώργος, hasta Κατερίνη, donde se bajará, con aproximadamente todas las paradas que hace. Como se puede apreciar, no hay ni una sola línea recta.

Ayer estuve jugando con los cuatro primos al Twister, como si tuviéramos diez o quince años menos, y lo pasamos genial. La partida que echamos al Monopoly no fue tan alocada, pero también nos reímos un montón; quedó pendiente repetir la partida con Γιώργος, pues él y su primo son los que se lo toman más en serio. Pueden rodar cabezas.

Además de pasarlo bien con los primos, está la tía Χαρούλα y sus dulces navideños. Y sus recetas diosiles. No hay mayor placer en este pueblo que acurrucarse junto a la chimenea y calentarse oyendo el crepitar de las llamas mientras se paladea un κουραμβιές. Sobre todo cuando una ayudó en su preparación.

Estrellitas, medias lunas y hombrecillos





martes, 22 de diciembre de 2015

Πέρσης

El domingo estuve en una exposición interesantísima. Quería haber esperado a Yorgos para ir juntos, pero acaba el 5 de enero y además las visitas del público general son solo los domingos; entre semana aceptan solo excursiones de colegios. Era ahora o nunca. Así que cogí mi cámara de fotos y me dirigí hasta la Exposición Internacional de Salónica, un espacio grandísimo con varios pabellones para acoger diversos actos, exposiciones y demás. Estos días, como es Navidad, habían montado en la entrada una feria con atracciones para los niños y  puestos de comida y bebida. Hasta envidia me dio.

Cuando por fin encontré el pabellón 3 (no fue fácil), encendí la cámara dispuesta a fotografiarlo todo y me recorrí la exposición varias veces, pues me maravilló. Es lo que tiene el arte antiguo, que es mi debilidad.

La exposición, pequeña pero intensa, consistía en una gran sala, muy negra pero también muy iluminada, con las estatuas en fila en el centro, cada una con un cartel explicativo enfrente, de modo que se formaba un pasillo en forma de U que el visitante iba recorriendo; a un lado, la explicación y la reproducción de un grabado con el aspecto de la estatua en épocas anteriores, y al otro lado la propia estatua. Además, a un lado de la sala, que se suponía que era el inicio del recorrido, había colocados otros carteles explicativos a modo de introducción a la historia de las esculturas.

Como fotografié todos los carteles, he podido traducir toda la información:




Misiva de Emmanuel Miller a su esposa el día 10 de octubre de 1864:

«Estaba deseando contarte la gran buena noticia. El Sultán, a través del Gran Visir, Fuad Pashá, me ha dado permiso para desprender y trasladar a Francia ocho estatuas de Salónica, que tanto deseaba, mas la gente ya ha comenzado a irritarse y enojarse. Están coléricos porque me llevaré estas estatuas, que han sufrido tantos daños.» Y así empezó la cuenta atrás para el viaje sin retorno hacia Francia de las estatuas de las Incantadas

Lo siguiente fue separar y transportar las esculturas, el 4 de noviembre de 1864, y ocho búfalos avanzaron por entre los intrincados callejones de Salónica llevando las Incantadas hasta el puerto de la ciudad. Cuatro estatuas dobles (ménade, Dioniso, Ariadna, Leda, Ganímedes, uno de los Dioscuros, Aura y Niké) fueron cargadas en el barco «La Truite» y trasladadas a Francia.

Su sustracción fue el primer robo oficialmente registrado, por supuesto con el permiso de las autoridades otomanas que entonces regían la ciudad.

El monumento fue erigido por los romanos para adornar la entrada sur del foro, por el lado de la actual calle Egnatía. Las estatuas, finalmente, fueron colocadas en el pórtico de entrada a la casa de un rico comerciante de tejidos judío, en el barrio de Rogos, en la parte norte de la calle Egnatía.

Esta vivienda fue construida hacia finales del siglo ii d. C. Su nombre viene de los relieves de ídolos situados a ambos lados de los pilares de la parte superior de la estoa. Los salonicenses la llamaban «Estoa de los Ídolos», mientras que los sefarditas la conocían como «las Incantadas».

Fuente del texto y la foto: Blog ThessTips






Las Incantadas de Salónica

El conjunto monumental denominado «Las Incantadas», en ladino, o «Los Ídolos», pertenecía probablemente a un importante edificio público del centro de la Salónica romana. Data de finales del siglo ii d. C. o principios del iii y estaba situado entre la iglesia Panayiá Jalkeon, los Baños Parádisos y la iglesia de Ayios Nicólaos, en el eje de la actual calle Aristotelus.

Durante los siglos xvii y xviii el edificio, conocido por periegetas y dibujantes de la época, constituía un impresionante monumento para los habitantes y visitantes de la ciudad. Su fachada, de 13 metros de altura, contaba con una columnata de dos alturas, con columnas de orden corintio en el nivel inferior y pilares en el superior. Estos cuatro pilares estaban decorados en sus dos lados principales con ocho esculturas en altorrelieve de figuras mitológicas. En el flanco interior estaban representados una ménade, el dios Dioniso, Ariadna y Leda con el cisne Zeus; en el exterior, una Victoria o Niké, Aura, un Dioscuro y el rapto de Ganímedes.

Hasta el siglo xix el monumento permanecía a salvo en el corazón del barrio judío de Rogos, integrado en el patio de la residencia de un comerciante. Como refieren los textos de varios periegetas, este mercader arrancaba pequeños trozos del monumento y se los vendía a los turistas.

En 1864 el paleógrafo francés Emmanuel Miller, con permiso del gobierno otomano y a pesar de la oposición general de los ciudadanos, desmanteló el edificio, troceándolo con dureza, y trasladó las esculturas a Francia, donde hasta hoy se encuentran, expuestas en el Museo del Louvre.

En 1997 fue hallado en la calle Rongoti un fragmento de un quinto pilar, donde se conserva un trozo de la cabeza y del ala de una Victoria. Se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico de Salónica.


La leyenda

Las monumentales esculturas tomaron la denominación de «Incantadas» de una tradición popular, sin base histórica, según la cual los pilares pertenecían a una estoa que conectaba el palacio de Alejandro Magno con otro en el que habitaba su invitado, el rey de Tracia, junto con su séquito. La reina de Tracia sucumbió a los encantos de Alejandro Magno, quien por las noches la visitaba a escondidas recorriendo esta estoa, que su esposo pidió que hechizaran cuando se enteró. Aristóteles avisó a Alejandro y aquella noche no acudió al encuentro con la reina tracia. Ella, preocupada por su retraso, fue con su comitiva a la estoa para esperarlo y, hechizada por la magia, se convirtió en una estatua de mármol, lo que también le ocurrió a su esposo que había salido a comprobar si el hechizo había surtido efecto.

Rocas que parecen príncipes, novias, animales o barcos, fueron una vez reales para la tradición popular, hasta que un giro del destino, una intervención divina o mágica, una bendición o una maldición los petrificó y quedaron allí para siempre, testigos tangibles de la insignificancia de los humanos frente a lo divino y al hado. Tales tradiciones son conocidas ya desde Homero, con la historia del barco de los Feacios que llevó a Odiseo desde Corfú hasta Ítaca, en contra de la voluntad de Poseidón, quien, furioso, lo petrificó. Otra de estas tradiciones es la leyenda del rey de mármol: cuando se vio rodeado por los Turcos, un ángel lo levantó, lo escondió en una cueva, lo convirtió en mármol y aún sigue allí en forma de estatua, hasta que el ángel lo devuelva a la vida para liberar a la ciudad.

Leyendas similares están presentes en muchas culturas y forman parte de los mitos fundacionales, pues a menudo tratan de interpretar hechos históricos de especial relevancia, personajes mitológicos o históricos, accidentes geográficos o monumentos antiguos, cuyo significado con los siglos se alteró o se olvidó.


Las Incantadas y el barrio judío de Rogos

En 1492 los judíos sefarditas se vieron obligados a abandonar su país en un plazo de tres meses por orden de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, por no convertirse al cristianismo. El entonces sultán Bayaceto I (1481-1512) concedió permiso para que los refugiados judíos de España se instalasen en Salónica. Más adelante llegaron otras oleadas de refugiados judíos desde Italia, Francia, Portugal y Rumanía. Así se fundaron en la ciudad varios barrios judíos con sus sinagogas. Según periegetas de mediados del siglo xviii, en la Salónica de los tiempos otomanos (1430-1912), el número de judíos era superior a la suma de los habitantes cristianos y turcos.

A mediados del siglo xvii se funda el barrio judío de Rogos o Rogoz, que se extendía al norte de la calle Egnatía y hasta la altura de la calle Filipu, y desde la calle Ayíu Nicoláu hasta la calle Veniselu, e incluía el monumento de las Incantadas. Una calle del barrio era Suretler (o Idolon, ‘de los ídolos’), nombre que tomó de la estoa de los ídolos (Incantadas), lo que demuestra la admiración que causaba en la gente este conjunto monumental de la Salónica romana.


El rapto de las Incantadas

La crónica del despiece y saqueo de las Incantadas fue registrada por el paleógrafo francés Emmanuel Miller en su obra Le Mont Athos, Vatopedi et l’île de Thasos, editada en París en 1889. El 30 de octubre de 1864 Miller atracó en Salónica, adonde había llegado desde la isla de Tasos. Veinte días antes se había asegurado el permiso del sultán para retirar y transportar las esculturas a París.

Sin embargo, a su llegada a la ciudad el cónsul francés le informó de que tenía orden de las autoridades francesas de despiezar el edificio entero. Como Miller no disponía de los medios técnicos para tal obra, se dirigió al Pashá turco de Salónica, quien le prometió que se encargaría de procurarle todo cuanto necesitara para llevarse las esculturas de mármol del edificio.

El 2 de noviembre de 1864 comenzó la violenta extracción de las antigüedades. Miller planeaba llevarse el monumento entero y cortar toda la parte superior. Cónsules europeos de la ciudad telegrafiaron a Constantinopla para evitar que las Incantadas salieran de Salónica. Los habitantes de la ciudad acudían a raudales para ver el proceso y protestan ante la terrible tentativa que veían realizarse ante sus ojos. Pero el despiece de las estatuas se completó el 12 de noviembre. A pesar de las dificultades del traslado, las esculturas y los elementos arquitectónicos llegaron a puerto en carros tirados por cuatro pares de bueyes y acompañados de la tripulación y el armamento de un barco de guerra francés.

La desmembración del monumento duró varios días. Miller decidió ampliar su estancia en Salónica, pues tenía intención de realizar una excavación en la zona de las Incantadas. Sin embargo, las grandes lluvias de noviembre se lo impidieron. A principios de diciembre Miller llevó a París un capitel más y los últimos fragmentos de mármol del monumento.






Ganimedes y el águila

Ganimedes, un efebo de noble linaje de Troya, era tan hermoso que Homero lo describió como el más bello de los mortales. Vivía despreocupadamente ocupándose de los rebaños de su padre en el monte de Troya, el Ida. Zeus se enamoró de él y, transformado en un águila, lo raptó y se lo llevó al Olimpo. Allí Ganimedes se convirtió en el copero de los dioses.

El conjunto representa el rapto del joven, que apenas toca el suelo sin ofrecer resistencia. La enorme águila-Zeus lo tiene sujeto fuertemente con sus garras. Ganimedes, que aparece como un joven atlético, con una clámide sobre los hombros y el característico gorro frigio de su patria, y reacciona al abrazo con un movimiento del brazo y la cabeza.  El erotismo y la ternura se muestran en sus miradas.



Leda y el cisne

Leda, la reina de Esparta, se unió a Zeus cuando este se enamoró de ella y se transformó en cisne para acercársele. Leda abrazó al cisne para protegerlo de un águila que lo perseguía. De su unión, la misma noche, con el cisne-Zeus y con su esposo, el mortal Tíndaro, puso dos huevos, de los que nacieron dos pares de gemelos: la Bella Helena y Polideuces, o Pólux, que se consideraban hijos de Zeus, y Cástor y Clitemnestra, hijos a su vez de Tíndaro.

En este conjunto está representado su abrazo erótico, con Leda semidesnuda sosteniendo tiernamente entre sus brazos al cisne, y levantando con la otra mano su túnica para taparlo y protegerlo.




Ariadna

Ariadna, hija del rey de Creta, Minos, se enamoró de Teseo cuando este acudió a enfrentarse al Minotauro, y lo ayudó a encontrar la salida del laberinto dándole un ovillo de hilo, el famoso «hilo de Ariadna». Quiso acompañarlo a Atenas, pero él, por orden de los dioses, la abandonó dormida en la isla de Dioniso, Naxos. El dios llegó poco después a la costa y, atraído por su belleza, le regaló una diadema de oro, obra de Hefesto, que brillaba tanto que acabó convirtiéndose en una constelación (Corona Boreal). Se casó con ella y se la llevó consigo al Olimpo.

Aquí, Ariadna aparece junto a Dioniso, coronada con la planta sagrada de este, la hiedra, y con su símbolo vegetal en la cintura: la rama de parra.




Dioscuro

Los Dioscuros, Cástor y Polideuces (o Pólux), eran los hijos gemelos de Zeus. Sin embargo, solo Polideuces era hijo verdadero de Zeus y Leda, mientras que Cástor fue engendrado por Leda la misma noche con su esposo, el mortal Tíndaro. Los gemelos participaron en la expedición de los argonautas y en otras aventuras mitológicas. Cuando Cástor murió, Zeus llamó a Polideuces al Olimpo, pero este renunció a la inmortalidad sin su hermano y pidió que la compartieran. Así, Zeus les permitió vivir en el Olimpo por turnos, o, según otra versión del mito, se convirtieron en la constelación de Géminis (los Gemelos), cuya aparición es considerada por los marineros como un buen augurio. Representan la audacia y la fraternidad, y eran los protectores de la épica, los marineros y los viajeros.

Aquí muy probablemente está representado uno de los Dioscuros, como figura juvenil y heroica con una clámide como única vestimenta que cae por la espalda desde los hombros, y un gorro cónico sobre la cabeza, el pilos. A su lado aparece el busto de un animal.




Aura

Aura, hija de un titán y una mortal, personifica la brisa fresca. Como viento que era, volaba etérea, se deslizaba por el aire, se perdía y volvía a aparecer, confiriendo frescor a la naturaleza. Dioniso se enamoró de ella e intentó alcanzarla corriendo, pero Aura, siendo más ligera, se escabulló. Dioniso recurrió a la diosa Afrodita y esta hizo que Aura perdiese el juicio, para que así se entregara a Dioniso. De su unión nacieron gemelos, pero Aura, en su enajenación, los troceó y luego se tiró al río Sangario, en Asia Menor. Su naturaleza ligera, sus apariciones y desapariciones inesperadas y su trágico mito la han relacionado con las almas de los muertos, que aparecían y se perdían como la brisa.

Aquí Aura está representada como una joven que flota ligera, con la túnica ondeando detrás de ella y formando un arco.




Dioniso

Dioniso, hijo de Zeus y Sémele, conocido principalmente como dios del vino, la vid y la celebración, era la más sobresaliente deidad de la fertilidad y el renacimiento de la naturaleza. Su esposa era Ariadna. Lo acompañaban las ménades, ninfas dominadas por el éxtasis dionisiaco, y por los espíritus de la fertilidad, las aguas y los bosques: los sátiros y los silenos. Los mortales lo adoraban con todo tipo de libertad, con ruidosas procesiones y bailes frenéticos, y a menudo enmascarados. La evolución del culto dionisiaco dio lugar al antiguo drama y al teatro actual.

Dioniso está representado aquí como un joven semidesnudo, coronado con su planta favorita, la hiedra y con un racimo de uvas en la mano. A su lado está su animal preferido, la pantera.




Ménade

Las ménades eran ninfas que acompañaban al dios Dioniso junto con los otros espíritus de la naturaleza, los sátiros y los silenos. Su nombre está relacionado con la manía, pues encarnaban el frenesí del éxtasis dionisiaco, producto de la embriaguez y del baile. Honraban a Dioniso con cantos, clamores y bailes exuberantes. Corrían por las montañas junto a los animales salvajes y con los poderes que les procuraba el éxtasis dionisiaco arrancaban árboles, mataban animales y se comían su carne cruda. Sus producciones pacíficas eran la vendimia y la fabricación del vino.

La ménade aquí representada está tocando el aulós y bailando de puntillas, con la túnica transparente ondeando con sus giros.




Victoria

La diosa alada Victoria, o Niké, hija del titán Palas y Estigia, era la personificación del concepto de victoria en enfrentamientos bélicos o pacíficos, y conducía el carro de los dioses. Descendía del cielo para recompensar gloriosamente a los vencedores, otorgándoles coronas de laureles, ramas de palmera o cintas de tela.

Aquí se la representa como una joven alada que baja del Olimpo para premiar a algún vencedor con una cinta que sostiene a la altura de los muslos. Su vestimenta ondea por detrás de su cuerpo y uno de sus pies toca el suelo.







Una Incantada en Salónica

El fragmento de mármol fue hallado en 1997 en la calle Rongoti y en la actualidad se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico de Salónica. Su parecido con la cabeza de la otra victoria, que se conserva entera en el monumento de las Incantadas, y los restos del ala a la derecha de la cabeza permiten identificarla con una victoria y atribuir el hallazgo al mismo monumento.

Claramente el fragmento proviene de un quinto pilar, el cual se había derrumbado junto con el resto del edificio durante los terremotos que tuvieron lugar en tiempos bizantinos.

El que el fragmento fuera hallado entre las brasas del incendio de 1917 nos lleva a pensar que había sido incrustado en alguno de los edificios que se quemaron y luego fue arrastrado a la zona del puerto.






Ariadna

Dioniso

Ganimedes

Leda

Ménade

Victoria

Detalle de la Victoria

jueves, 17 de diciembre de 2015

Φοίβη

La semana pasada nos enteramos del nuevo destino de Γιώργος: Nea Visa, un pueblecito junto a la frontera con Turquía, en Tracia. Ya lo sospechábamos. Así tengo una excusa para ver el norte de Grecia; hay ciudades muy bonitas, dicen, como Alexandrúpoli, Didimótijo (lit., 'muro gemelo'), o Adrianúpoli, que ahora es Turca y se llama Edirne.




También la semana pasada fui a casa de mi casera a pagarle el alquiler; me dijo que me pasara yo porque tenía que hacer noséqué y no le iba a dar tiempo. Me puso un café y galletitas rellenas de crema y estuvimos charlando un rato. Mientras tanto, sus tres hijas, de tres, siete y once años, no paraban de dar vueltas por el salón, hablando, gritando, riendo, la pequeña tirando mi café y adornando toda la casa, pues por lo visto había ido en el día de la decoración navideña de la casa.

Me acabé haciendo amiga de las tres, sobre todo de la mayor, que me cayó muy bien, y yo a ella, sobre todo cuando se enteró de que era española («¡Bieeen! ¡Eres la primera española que conozco!» y de que era traductora («Ohh, ¿traduces libros?»). Mi visita para pagar el alquiler acabó convirtiéndose en una clase de español para niños. Obviamente, la que aprendió de verdad fue la mayor, que además estudia alemán; las otras dos se vinieron solo porque querían hacer ellas también como su hermana, pero las pobres aún no sabían ni el alfabeto latino. La pequeña probablemente ni el griego.

Nos dieron las diez de la noche, hasta habían acostado ya a la pequeña, cuando me di cuenta de la hora que era y decidí que debía ir retirándome. Cuando me levanté del sofá las otras dos niñas corrieron a llenarme una bolsa con adornos navideños para que decorase mi casa. La mayor me preguntó si antes de irme podía darme un abrazo. Fue muy tierno.


Y ayer se fue Roberto a Málaga a pasar la Navidad con su familia. Volverá dentro de casi un mes, el doce o el catorce de enero. Luego dice que no se lo está pasando tan bien en el Erasmus como esperaba, que no tiene amigos griegos y que se aburre en las clases. Y coge y se va un mes por Navidad. Yo no sé qué es lo que esperan los que se van de Erasmus. ¿Es que no han visto cómo están los que vienen a España?: nosotros, los nativos, ya tenemos nuestra pandilla hecha desde primero o segundo, y entonces ellos, que han venido con toda su ilusión para aprender español, acaban juntándose solo con los otros Erasmus, y al final lo que practican es un español con errores que no corrigen porque sus interlocutores son también estudiantes de español con otros errores y calcos de sus respectivas lenguas maternas. Más aún cuando el destino es Grecia, que lo coge la gente porque, además de tener un clima estupendo, no hace falta aprender el idioma porque muchas clases son en inglés. Entonces, cuando un Erasmus viene a Grecia y es de los pocos que estudia griego y quiere practicarlo, se encuentra con que, obviamente, los griegos no van a ir corriendo en su busca para hacerse amigos de una persona que chapurrea su idioma y en vez de charlar van a pasarse cuatro, seis o nueve meses explicando, corrigiendo, repitiendo y hablando despacio. Y lo que pasa es lo mismo que pasa con los Erasmus que ha visto en su universidad de origen, en España: acaba juntándose con un turco, un checo, una polaca, una italiana y una alemana, y no practica ni griego ni inglés, este último por las mismas razones que he expuesto arriba. Y todo esto lo comprobé ayer en directo, no es que me lo esté inventando.

Roberto dice que mientras esté en su casa se pensará si se queda o no el segundo semestre y que, si al final decide quedarse, se irá del agujero en el que está viviendo y se vendrá a mi casa conmigo. Yo le dije que si se viene hablaremos siempre en griego, para que no diga después que por venirse conmigo ha dejado de practicarlo (tampoco es que en su actual piso lo practique: convive con dos turcos y hablan entre sí en inglés; o en algo parecido) y, para convencerlo, le he dicho que iremos juntos a todas las exposiciones, actos, presentaciones y demás que se organicen en Salónica (también le he listado todas a las que ya he ido yo en mes y medio y él se ha perdido, como el Open House; no le entra en la cabeza que es la ciudad más activa culturalmente de Grecia, más que Atenas, y eso que allí está el Instituto Cervantes y sube la media) y que viajaremos por el norte de Grecia para ver a Yorgos y todas las ciudades que haya enmedio. Como no se quede, a ver cómo hago yo para ver todo lo que quiero ver; no me gusta viajar sola.

Como mínimo:

  • Samotracia
  • Alexandrúpolis
  • Didimótijo
  • Adrianúpolis / Edirne
  • Flórina, Kilkís, Seres, Drama, Cavala, Xanci y Comotiní no sé si tienen algo digno de ver.

martes, 8 de diciembre de 2015

Αλκή

El viernes fue la jura de bandera de Γιώργος. Hicimos lo mismo que la última vez: bus hasta Caterini y desde allí en coche hasta Grevená con los tíos de Γιώργος. Solo que esta vez había una diferencia: se vino Roberto con nosotros, porque le hacía ilusión (y tenía curiosidad también) ver una jura de bandera de la mili griega, algo que de su país no verá nunca ya, y porque quería quedarse luego en el pueblo y ver cómo vivimos.

La verdad es que me impresionó ver la jura de bandera. No sé si en España era parecida, supongo que sí, pero el solo anacronismo me provocó una sensación extraña. Cuando llegamos estaban todos (los 350) en formación, como hoplitas en la falange. Por los megáfonos sonaba una marcha militar y la voz de algún superior que les daba las instrucciones (firmes, descansen, ar, firmes, ar, descansen, firmes, descansen, firmes, descansen, ar, ar, descansen, descansen) y les dictó el juramento que debían pronunciar con la mano extendida. Antes del juramento habló, o salmeó con el característico modo griego, el obispo de Grevená, para lo cual la voz en off ordenó a los jurandos que se descubrieran la cabeza, y que se la volvieran a cubrir cuando terminó su intervención. Excepto en este momento, los pobres se pasaron todo el rato dando patadas al suelo.

No tienen ni los puños cerrados ni las manos abiertas con la palma hacia abajo; es un gesto religioso.
Fuente: efsyn.gr

Cuando terminó la jura de bandera, con un desfile de los nuevos graduados, Γιώργος recogió sus cosas y nos fuimos todos al pueblo, donde pasamos la noche y Roberto conoció la maravillosa y deliciosa cocina de la tía Χαρούλα, y al día siguiente volvimos a Salónica. Fuimos los tres a mi casa, almorzamos (Roberto había traído algunos víveres el día anterior a la jura, que durmió en mi casa para ir juntos a la estación de autobuses) y fuimos al centro a dar una vuelta y tomar un café.

Los siguientes días, hasta hoy, hicimos de nuevo como la última vez: en esta ocasión, entre paseos y vueltas (¡y lavadoras!), vimos el Museo de la Lucha Macedónica y el Museo Judío de Salónica, a cual más interesante. Hoy al mediodía hemos ido otra vez a la estación de autobuses que tan bien conozco ya y Γιώργος ha vuelto a abandonarme para irse a Grevená. Cuando llegue le dirán cuál es su nuevo destino, donde servirá ya hasta el final de la mili o hasta nuevo aviso, y llevarán a cada uno a su nuevo cuartel en las camionetas militares que vemos en las películas.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Δαίδαλος

Este fin de semana se ha celebrado la cuarta edición del Open House Salónica. Open House es una importante institución internacional que se encarga de promover e impulsar la aquitectura con actos como estos, en los que un fin de semana al año diversas ciudades del mundo se convierten en grandes museos abiertos cuyos objetos expuestos son los propios edificios, públicos y privados, a los que los visitantes pueden realizar visitas guiadas con explicaciones de voluntarios. El objetivo de Open House es que el público comprenda el valor de la arquitectura y del entorno edificado. 

La idea surgió en Londres en 1992 y con el tiempo se ha extendido a numerosas ciudades de todo el mundo (en España, Madrid y Barcelona). Este es el cuarto año consecutivo que se realiza en Salónica, y desde el año pasado tiene lugar también en Atenas.

En Salónica, este año han sido setenta los edificios que han participado en el Open House, tanto museos, monumentos y edificios antiguos como construcciones modernas públicas y privadas (hoteles, lugares de trabajo, viviendas). Aquí están recopilados todos. Cuando me enteré hice una lista con todos los edificios que me interesaba ver, pero tuve que ir acortándola porque tenían un horario bastante reducido y además es una ciudad muy alargada en la que se tarda bastante ir de un extremo al opuesto, por lo que no me iba a dar tiempo a verlos todos. Hice una selección que creo que es bastante completa y sirve para hacerse una idea de la arquitectura de la ciudad, pues incluye edificios de varios periodos históricos.

Como Γιώργος se lo iba a perder, y es un gran aficionado de la arquitectura, decidí grabar en audio las explicaciones para transcribirlas y que las leyera, y también para traducirlas y publicarlas en el blog. Además, llevo toda la tarde buscando fotografías de todos los edificios para que me quede más bonito. Empecemos.



Conjunto palacial de Galerio

  • Superficie: 150 000 m2.
  • Fecha de construcción: último cuarto del siglo III d. C.
Galerio fue un césar romano con raíces tracias y dacias por parte de padre y madre, respectivamente. El periodo más relevante de su gobierno fue la tetrarquía instaurada por el emperador Diocleciano, en el marco de una reforma administrativa: Galerio y Constancio Cloro (césares) junto con Diocleciano y Maximiano (augustos).


Rotonda

Arco de triunfo de Galerio

Detalle del Arco de Galerio
El conjunto fue construido para uso personal de Galerio, y formaba parte de un intento por reformar la ciudad en la zona de sus límites orientales. Se trataba del centro administrativo y religioso de la ciudad, y estaba formado por la Rotonda (que tenía funciones de templo o de mausoleo), el arco de triunfo, el conjunto palacial y los anexos: el Octágono y el Hipódromo.


Restos del palacio de Galerio




  • El palacio contaba con un peristilo central, un patio rodeado de estoas y mosaicos, una basílica, un octágono y un ninfeo. Alrededor del patio se encontraban las habitaciones. En el siglo V hubo un terremoto en la ciudad que destruyó las estoas meridional y occidental del palacio, cuyos suelos de mármol y mosaicos tuvieron que ser reconstruidos.
  • La basílica era un espacio para audiciones oficiales.
  • El ninfeo era un lugar de culto.
  • El hipódromo era el centro de ocio y socialización. La matanza de tesalonicenses que tuvo lugar en su interior en el año 390 por orden de Teodosio supuso el fin de su utilización.
  • El arco de triunfo representa y honra a los tetrarcas y las victorias militares de Galerio contra los persas sasánidas.
  • La Rotonda era probablemente un templo para ceremonias de culto oficiales, o bien un mausoleo para el propio Galerio. El Panteón de Roma se construyó con la misma forma y función. El emperador Constantino I ordenó en el siglo IV que fuera convertida en iglesia cristiana: la iglesia de San Jorge. En 1590 fue convertida en mezquita y se le añadió un minarete.








Catacumba de Ayos Ioanis [San Juan]

Cuando los habitantes de la zona, que había sido cedida a la comunidad judía, levantaban los cimientos de sus casas en 1892 (tras el gran incendio de 1890 que destruyó gran parte de la ciudad), hallaron restos arqueológicos y, tras las oportunas excavaciones, se descubrió el sitio, que data del siglo X-XI.

Se encuentra a una altura más baja que la de los otros edificios y la calle, al igual que la iglesia de Santa Sofía, al lado; es la altura a la que estaba toda la ciudad anteriormente, hasta que fue subiendo el nivel.




El elemento que une los diferentes estadios de la historia del monumento es el agua: en cuatro periodos históricos hubo cuatro conjuntos de edificios en el mismo lugar, conectados por el agua.

Primero fue un baño romano. Estaba rodeado por un edificio grande, de forma hexagonal, del cual solo quedan los restos de los muros, con una altura de entre medio y un metro: era un ninfeo, con una fuente romana del siglo III-IV a. C. Más adelante se convirtió en una pila bautismal bizantina, y luego en un hamam (baño) turco. En la actualidad contiene el agua bendita de San Juan.

La pila bautismal tiene 3’5 metros de diámetro: hasta el siglo V los cristianos se bautizaban de adultos. Presenta dos niveles diferentes: en algún momento se combinaba el bautismo de los adultos con el de los niños pequeños, hasta que acabó por dejar de usarse la primera modalidad. Tiene además una pequeña escalera para meterse dentro. En el centro de la pila se irguió una columna de 80 cm de altura que servía como base para una fuente.




En 1994 se reformó la iglesia por iniciativa de su sacerdote: se colocó la tribuna, con 44 asientos, y la construcción de cristal que permite que entre la luz del sol y que desde el interior se vea el jardín. Bajo la tribuna hay un mosaico de época antigua, razón por la que está elevada y se pueden ver por debajo las formas geométricas, motivos florales, etc.




El término «catacumba» es en realidad erróneo aquí, pues nunca fue enterrado nadie. La parte de arriba era un baño durante la época romana, y en la de abajo estaba el sistema de calentamiento del agua: el vapor calentaba el agua que pasaba por las cañerías.

Esta parte subterránea tiene dos niveles: el romano y el cristiano, de cuando pasó a ser un lugar de culto. De esta época hay restos de hagiografías en las paredes, aunque solo se distinguen restos de colores tenues en unos pocos puntos.

Se considera un lugar de martirio. Dicen que en la parte superior había un cofre con la sangre reseca de San Demetrio, y se supone que una de las hagiografías de abajo estaba dedicada a él.








Baño bizantino

  • Finales del siglo XII – principios del XIII (final de la dinastía de los Comnenos y principio de los Ángelos).
  • Después de 1430 pasó a ser «Kule Hamamı», es decir, ‘Baño de la Torre’.
  • Distrito: Kule Kafe.
  • Dimensiones: 11 x 17 m
  • Categoría: baños vecinales públicos; no se descarta que fuera un baño monástico, es decir, que estuviera dentro de un monasterio.
  • Es el único baño bizantino de Grecia.

La estructura exterior es característica de los baños bizantinos; está dividido en tres partes, como tres naves, que son tres espacios también por dentro: los vestuarios, la sala central y la sala caldeada. Los visitantes pasaban del vestuario al espacio principal, el tepidarium en los baños romanos, donde iba subiendo la temperatura. gracias a un depósito de agua con una hoguera debajo donde ardía el combustible (madera y otros) y hervía el agua.




La diferencia entre el periodo bizantino y el otomano de este baño es que los bizantinos se bañaban en agua estática, mientras que el Corán indica que el agua limpia y pura debe ser siempre corriente. Cuando hervía corría por las tuberías, que terminaban en aberturas en los muros, bajo los cuales se sentaban los visitantes y con un cuenco se echaban el agua. Otra diferencia: durante el periodo otomano había un ancho muro que separaba el baño en un espacio para las mujeres y otro para los hombres. El distrito era musulmán, por lo que solo lo usaban personas de esta religión en aquella época.

Desde el depósito, en el gran agujero del suelo, se canalizaba el vapor de agua mediante un sistema subterráneo para calentar todo el suelo con un aumento paulatino de la temperatura. En el espacio caliente, el caldarium, tenía lugar el baño y la transpiración, a 25-30 ºC.

Durante el periodo otomano tenía una altura diferente a la del periodo bizantino. Se han conservado capiteles bizantinos esculpidos; otros han sido añadidos en la época actual.

En el exterior el suelo es bizantino, de mármol.

En 2012 fue incluido en la UNESCO y empezó su restauración, que concluyó en diciembre de 2013. En 2015 abrió por primera vez al público.







Iglesia de Ayos Dimitrios [San Demetrio]

  • 313 d. C.: se construyó en la misma ubicación un pequeño santuario. Fue el lugar de martirio de San Demetrio.
  • 412-413: se construyó una basílica de tres naves por mandato del gobernador Leoncio, que se quemó en el siglo VII. Tras el incidente, el obispo Ioanis y los habitantes de la ciudad construyeron sobre los restos una basílica más grande, de cinco naves.
  • Desde el siglo XV y hasta 1912 funcionó como mezquita.
  • 1917: gran incendio de Salónica que quemó casi dos tercios de la ciudad, incluida una gran parte de la basílica. Hoy vemos una restauración de aquella.



Además de ser un monumento imponente, integrado en el tejido urbanístico, donde los edificios que lo rodean se comunican con él y forman un todo unitario, se trata de una excepcional muestra de arquitectura bizantina. Se caracteriza por ser de tipo helenístico, con cinco naves, sin cúpulas y con cubierta de madera. Tiene una gran pila bautismal redonda en la parte de atrás (uno de los restos del templo original). Además, la peculiaridad de que tiene también una nave transversal, o crucero, ante el altar, la diferencia de otras basílicas similares (las basílicas, en la antigua Roma, eran edificios de uso público).




Los capiteles de las columnas que separan las naves presentan un total de quince variaciones. La mayoría es de la época de Teodosio II, es decir, del siglo V. Provienen de la basílica que había entonces, antes del incendio, o de otros edificios romanos de alrededor; son de orden corintio, con hojas de acanto, águilas y otras representaciones. Otros capiteles son más modernos, pues son de un mármol más blanco.

A la izquierda está la tumba de Lucás Spandunis desde el siglo XV. Este noble griego pagaba cuantiosos impuestos a los turcos para que el templo se quedara en manos de los salonicenses. El sepulcro es de estilo renacentista, esculpida, con una inscripción en la base en honor al muerto.


Pila bautismal de la cripta


Para erigir este templo se destruyó un baño público de época romana. A una parte de este baño, ahora integrada en el templo, fue trasladada la tumba de San Demetrio, en una urna, y más tarde se llevó a la nave central, pues el lugar era demasiado pequeño para acoger a todos los fieles que llegaban a rendirle culto. Así, este espacio pasó a ser un cenotafio. Se nota que es una parte diferente porque los muros son más antiguos que los del templo.

Alrededor del altar están los pocos mosaicos que se salvaron de los incencios del siglo VII y de 1917, que datan de los siglos VI al XI.

La cripta es el lugar más sagrado del templo. Está situada justo debajo del altar, exactamente donde se encontraba el baño romano, y tene una gran pila bautismal de mármol. En esta cripta se exhiben, como si fuera un museo, varias esculturas halladas en el lugar a lo largo de los años.


Cripta






Torre Blanca

Era la torre suroriental de la fortificación de Salónica. Según periegetas y antiguas representaciones, la sección costera de la muralla (derribada en 1867) tenía 3 torres, la más oriental de las cuales era la Blanca, justo en la esquina.

Fue construida a finales del siglo XV, después de la conquista otomana. Sustituyó a una torre bizantina de época anterior que refiere el arzobispo Eustacio de Tesalónica en su descripción del asedio de la ciudad por parte de los normandos en 1185.




En el siglo XVIII se refieren a ella como ‘Fortaleza de Calamariá’, y en el XIX como ‘Torre de los Jenízaros’ y ‘Torre de la Sangre’, pues era una prisión; su fachada se pintaba con la sangre de las ejecuciones de los prisioneros por parte de los jenízaros, hasta que en 1890 un condenado a muerte la blanqueó con cal a cambio de su libertad, y adquirió la denominación de ‘Torre Blanca’.

A partir de 1912 (liberación de Salónica de los otomanos) el Estado le dio diversos usos:
  • Durante la Primera Guerra Mundial fue centro de paso de los Aliados.
  • En 1916 uno de los pisos se usó para guardar las antigüedades que sacaban a la luz las actividades arqueológicas de las fuerzas británicas.
  • Defensa Aérea de Salónica.
  • Laboratorio de Meteorología de la Universidad.



Tiene forma cilíndrica, 33’90 m de altura y 22’70 m de diámetro. Consta de una planta baja más otros 6 pisos a los que se accede por una escalera interior de 120 m, circular, en contacto con el muro exterior. El núcleo circular del centro mide 8’50 m de diámetro; de él salen habitaciones más pequeñas, abiertas en el grosor del muro exterior. El último piso es solo una sala redonda, con vistas a la ciudad y al mar.

La existencia de chimeneas, conductos de humo y desagües suguere que no solo tenía un uso defensivo, sino que también ejercía las funciones de alojamiento militar.

Entre 1983 y 1985 la torre fue reformada y transformada en lugar de exposición.
Con motivo de la celebración de los 2300 años de la fundación de Salónica, la Torre Blanca hospedóo la exposición «Salónica. Historia y arte». En 2008 se añadió la actual colección permanente, que narra la historia de la ciudad.






Disposición de la Torre Blanca y la antigua fortificación de Salónica.

Restos de la muralla que unía la Torre Blanca, junto al mar, con la Torre del Triángulo.

Torre del Triángulo





Mezquita 'Alaca Imaret'

  • Significado del nombre:‘asilo multicolor’.
  • Inicios del periodo otomano: 1484.
  • Mandada construir por İshak Paşa; su segunda denominación es: mezquita de İshak Paşa.

Además de mezquita, era también escuela clerical y asilo de pobres (= Imaret).

La forma del edificio es de T invertida, característico de todas las mezquitas. Consta de un porche delantero, exterior, y un eje central formado por dos espacios de planta cuadrada cubiertos por sendas cúpulas iguales.

En los muros se aplicó la técnica de mampostería Cloisonné: una piedra rodeada de ladrillos, que confiere al edificio un estilo geométrico. Además, se crea una diferencia cromática entre el rojo del ladrillo y el blanco de la piedra, que debía de ser aún más impresionante cuando se construyó.

Durante el periodo otomano el espacio urbano se dividía en distritos, o mahalle en turco, helenizado μαχαλάς (majalás). Este era el Ali Paşa Mahalle; tenía barrios musulmanes (en la parte de arriba) y cristianos (en la parte de abajo).




El porche delantero está sustentado por seis columnas y coronado por una cubierta con cinco cúpulas, la central de las cuales es visiblemente de mayor tamaño que las otras cuatro para indicar la entrada al edificio. Las cúpulas siguen un estilo bizantino tanto en los materiales como en el modo de confección, también presente en la cornisa que corona la puerta de entrada.

A derecha e izquierda del porche había fuentes donde los fieles se lavaban. La inscripción en turco otomano que figura en la cornisa, sobre la entrada, indica información como el año de inaugiración, la persona que mandó construir el edificio, etc.




La estancia principal está coronada por una gran cúpula de piedra. De la decoración de la sala quedan pocos elementos, en los muros: versos del Corán pintados. Actualmente el edificio se usa para albergar exposiciones artísticas. El ábside del fondo es el mihrab; está orientado hacia el sureste, en dirección a La Meca.

A los lados de la sala principal hay sendas estancias más pequeñas, coronadas también con una cúpula cada una, que quedan unidas con la sala central por un pasillo que servía como lugar de silencio y aislamiento del bullicio de la gente.




Fuera, junto a la entrada, está la base del minarete: una torre con un balcón arriba a la que accedían por una portezuela en la base, aún visible, y llamaban a los fieles a la oración.


Una característica de este minarete es su decoración con piedras romboidales multicolores, que le confería prestigio y lo diferenciaba de los demás minaretes de la ciudad, además de darle nombre al edificio entero. Fue destruido en 1920, como todos los minaretes de Salónica, cuando la ciudad se independizó del Imperio.






Museo Atatürk

  • Año de construcción: 1870
  • Constructor: Fundación Müderris Hacı Mehmet.
  • Primer propietario: Zühdü Efendi. [Efendi = 'don', 'señor']
Antes de 1881 (año de nacimiento de Kemal), la casa pasó a manos de un matrimonio de Salónica. Después la alquiló el padre de Kemal, Ali Rıza Efendi, y más adelante la compró. Algo extraño para la época es que era propietario de la casa a medias con su esposa, al 50%.

Vivieron en la casa hasta 1888, cuando murió el padre, y se mudaron. Más adelante volvieron a la casa y en 1912 se marcharon definitivamente, con la liberación de Salónica. Se instalaron refugiados hasta 1937, cuando el Estado regaló la parcela a Turquía. Los años siguientes tuvieron lugar diversas reformas en el edificio, hasta 1950, y en 1953 la hicieron museo. En 1978 sufrió varios daños en su estructura a causa del terremoto de Salónica. Entre 1996 y 1999 se llevó a cabo la última reforma, cuyos cambios vemos ahora.





La casa tiene dos pisos con sótano, aunque el piso bajo está elevado y el sótano queda casi al nivel de la calle: solo hay que bajar un par de escalones para entrar. La entrada principal, en la calle Apostolu Pavlu, no se usa. No hay elementos decorativos relevantes; la construcción consta de vigas de madera que quedan visibles y una cubierta con tejas; los cimientos y el sótano son de piedra.

Al principio había otros edificios alrededor de la casa; el patio que vemos actualmente se creó cuando pasó a propiedad de la familia de Kemal. Se dice que el árbol que hay lo plantó el padre en 1884 y por eso está cercado con una cadena.

Al piso bajo se accede subiendo una escalera desde el patio, y contiene la entrada y una sala de estar. Hacia el norte se encuentra la cocina, que carece de chimenea: la calefacción era con braseros, uno por cada estancia. Antes había muebles, pero se supone que no eran los originales sino que habían sido traídos de la casa de Turquía. Los suelos, de madera, también están reformados; lo que sí es original es la escalera que sube al piso superior, tamabién de madera.

Cada estancia representa un periodo de la vida de Kemal: sus primeros años fueron la educación en Salónica, hasta 1895; entre 1896 y 1899 se marchó a Bitola, donde continuó su educación y la concluyó más tarde en Constantinopla. En 1912 dejan Salónica y se van a Esmirna.




El primer piso contiene los dormitorios. Al principio había un baño turco, y la bañera y el aseo estaban fuera, como en todas las viviendas de la época. Un elemento característico son los balcones que sobresalen: hayat, en turco: 'estancia semiabierta, cubierta, con muchas ventanas para que entre la luz del sol'. Más adelante se transformaron en balcones propiamente dichos.

En uno de los dormitorios del primer piso se supone que nació Kemal, al que conocían por dos sobrenombres además del nombre de pila que le pusieron al nacer:
Kemal = ‘perfección’, se lo puso un maestro suyo.
Atatürk = ‘padre de los turcos’, pues fue el creador del moderno Estado Turco.
Su nombre de pila era Mustafá: Mustafá Kemal Atatürk.

En cuanto al sótano, no está muy clara la función que desempeñaba; parece ser una bodega. En cualquier caso, no pudo haber albergado las habitaciones del personal de servicio, porque se sabe no hubo nunca en la casa. Ahora contiene carteles y vídeos con la vida y obra de Kemal, e información sobre el edificio, enfocados a los niños.



Maqueta del piso bajo. La entrada queda abajo, con el rellano de la escalera que sobresale hacia el patio.



Caravasar (Jan) Bensusan

Un caravasar (jan o jani) es un lugar de recepción y hospedaje de los viajeros y sus animales durante la turcocracia, normalmente construido en la entrada de las ciudades. El periegeta turco Evliya Çelebi refiere que en el siglo XVII había 16 caravasares en la ciudad, y en 1886 un oficial del ejército griego indica la existencia de 50. Hacia finales del siglo XVII los caravasares empiezan a funcionar también como talleres (el motivo es la evolución de la vida socioeconómica).

Está ubicado en la calle Edesis, que anteriormente se llamaba calle Tas Jani. Fue construido antes del gran incendio de 1917, al que sobrevivió, como casi todo el barrio de Ladádica [Aceiterías]. Se cree que la planta baja, la base del edificio, data de la década de 1810.

Es un espacio octogonal con cubierta de cristal. Tiene una planta baja con tiendas y un piso superior. Por fuera, en la fachada, los separa una cornisa que sobresale. del muro. Las ventanas están separadas por pseudopilares coronados con capiteles corintios.

En el edificio han tenido lugar varias intervenciones recientes en la forma del edificio, como la eliminación de la techumbre metálica. Pertenecía a los terrenos de la Gran Mezquita de La Meca, y acabó en manos de Samuel Bensusán en la década de 1920, que a su vez lo cedió a sus hijos. Más tarde, en 1929, fue vendido a los hermanos Sotiadis. Vasilios Sotiadis alojó su negocio en el edificio.




Al principio estaba unido con el edificio de al lado (empresa de Mumdsís, de cafés), y aún queda la puertecita original en el primer rellano de la escalera interior, aunque está cerrada y no se puede pasar.

El barrio de Ladádica Alto estaba habitado sobre todo por judíos y 'francos' [europeos occidentales, cristianos católicos]. El edificio funcionó como tienda de ultramarinos, cafenío tradicional griego, oficinas de abogados y de notarios, almacén de venta de alimentos al por mayor, tienda de especias, etc.




El primer piso es de planta rectangular, con estancias por todo alrededor para dar la sensación de redondez. Todas estas habitaciones están comunicadas entre sí por medio de puertas, y todas tienen ventanas a la calle excepto una, que compensa la falta de luz natural con una ventana junto a la puerta por la que se entra desde el espacio central, que se encuentra directamente bajo la cubierta de cristal.

Una de las estancias tiene balcones que dan a la calle de la entrada al edificio y que no sobresalen de la fachada. Además, tienen las contraventanas por dentro, lo cual es claramente una influencia extranjera. Los suelos, de madera, son los originales, y cambian de diseño entre una habitación y otra.







Iglesia Católica de la Inmaculada Concepción de la Virgen

Se la conocía como 'iglesia de los francos' (φραγκοκλησιά - frangoclisiá), pues estaba situada en el barrio «franco», o «frangomajalás» [para los griegos, los francos eran todos los europeos occidentales, los cristianos católicos]. Aquí residía la mayoría de europeos de Salónica desde el siglo XIX. Era una zona con un activo carácter comercial.

Se encuentra oculta entre los altos edificios actuales.




La construyó en 1899 el arquitecto italiano Vitaliano Poselli, en el marco de la modernización de la ciudad por parte del gobierno otomano, en el mismo lugar de un templo anterior de 1743.

Es una basílica de tres naves con cúpula semiesférica y arcos laterales. Se nutre claramente de los modelos renacentistas: es una línea arquitectónica extranjera, de Europa occidental, especialmente Francia.

Las columnas que separan las naves son de orden corintio. Hay una estatua de la virgen en el centro y otra del apóstol Pablo en uno de los lados. Los ventanales presentan unas vitrinas magistrales, cuyos colores juegan con la luz natural que entra de maneras diferentes según el momento del día y la época del año.






Museo Arqueológico de Salónica


  • Arquitecto: Pátroclos Carantinós; fue de los primeros egresados de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Aristóteles de Salónica. Moderno y austero en sus obras.
  • Año de construcción: 1960. Algunos puntos del plan inicial han cambiado desde entonces a causa de las diversas remodelaciones que han tenido lugar.
  • Estructura del edificio: una gran U que rodea una u más pequeña, y un patio interior en el centro.
  • Inspiración: viviendas griegas antiguas.
Con la forma del edificio el arquitecto quiso crear una sensación de sacralidad, como si estuviéramos dentro de una iglesia. Estaba convencido de que, para mostrar el arte y las esculturas, el elemento básico debe ser la luz. La parte con forma de pequeña u albergaba la colección bizantina hasta que se construyó el Museo Bizantino, al lado. 





Las salas de exposición presentan ventanas alrededor, tanto para lograr la iluminación natural como para que se vea el patio interior, que sin embargo fue cerrado más adelante por motivos de espacio. La gran U es 80 cm más alta que la pequeña u, lo cual permite que haya tragaluces a lo
largo de los muros para que entre la luz natural también en esta sección. Por esta diferencia de altura (el patio interior es aún más bajo), si cortáramos el edificio por la mitad tendríamos una pirámide invertida. Se trata de una curiosa peculiaridad arquitectónica que no se encuentra muy a menudo.




En 1980 tuvo lugar el último gran cambio: se añadió una pequeña ala para la tienda, la cafetería y demás. Entre 2003 y 2005 el museo fue reformado de nuevo por Nicólaos Findicakis. En esta ocasión no se realizaron grandes cambios con respecto al diseño inicial; su intervención principal fue techar el patio y cerrarlo, lo cual era necesario porque el museo necesitaba un espacio para las exposiciones temporales, y querían que el visitante pudiera pasar directamente desde la entrada, sin tener que salir a un ala aparte.

El museo está situado en una parcela extensa que ocupa toda la manzana. A su alrededor hay espacio para otras exposiciones, como la de los sarcófagos de Salónica que se puede ver ahora. La columnata de la entrada no es como las antiguas, monumentales y grandiosas, sino más ligera. Su función es indicar al visitante que se encuentra en la entrada del museo.

En general el museo se compone de pequeños espacios, por lo que confiere cercanía al visitante: aporta familiaridad, hospitalidad. Fue designado como monumento arquitectónico en 2003.






Museo Bizantino de Salónica

  • Arquitecto: Kiriacos Crocos.
  • Año de construcción: 1978-79 (1.ª fase); 1985-87 (2.ª fase).
  • Superficie total: 11 500 m2.
  • Superficie de la parcela: 15 000 m2.
  • Alrededores: Museo Arqueológico, cuartel militar, Ayuntamiento, colina del Parque de Ares.
  • Entradas:
    • principal, en la avenida Stratú [avda. del Ejército];
    • secundaria: da directamente a la cafetería del museo.


La forma como está construido el edificio le confiere un cierto aislamiento de la ciudad que lo rodea, en especial del tráfico de la avda. Stratú. La estructura recuerda a la de los palacios minoicos, que se extienden alrededor de un patio central, de donde el arquitecto tomó la inspiración. Este gran atrio central con columnata une todas las secciones del museo: la entrada a la sala principal, la cafetería, los servicios, la tienda… Cuenta también con una pequeña ala para las exposiciones periódicas, también con entrada desde el atrio central e independiente de la exposición permanente; un auditorio para la realización de diversos actos y once salas permanentes divididas por temas.

Todo el museo parece estar a un paso de completarse: cero decoración, los ladrillos y el cemento quedan visibles, hay huecos vacíos… Pero ese era el plan del arquitecto; una de sus inspiraciones fue la existencia, en la época en que fue planeado el museo, de una tendencia arquitectónica consistente en dejar los bloques de pisos sin terminar. Él desarrolló esta idea y creó un gran edificio público basado en ella, y fue el primero en el mundo. Así, vemos hormigón en salas y pasillos y ladrillos al descubierto que atraen la atención del visitante. La consecuencia de esto es que el museo es de colores feos: gris, marrón y sus tonalidades; demasiado sobrio. Además, la construcción se realizó mezclando diversos materiales: cemento, hormigón, ladrillos, etc.; es decir, elementos contemporáneos y antiguos. Este empleo de elementos de diferentes épocas por parte del arquitecto hace que no se pueda situar el edificio en un periodo concreto.


Las piezas del museo son elementos de la civilización bizantina de Macedonia, desde los primeros años del cristianismo. Muchas de las piezas expuestas pertenecían al Museo Bizantino de Atenas, y fueron trasladadas a este cuando se completó su construcción.

Tres características principales:
  • el atrio de la entrada;
  • importante papel de la iluminación: aberturas en la parte superior de los muros en los pasillos como forma de iluminar el interior con luz natural (lo cual causa gran impresión con la fuerte luz del sol de Grecia) y evitar la penumbra que causarían el hormigón y los ladrillos;
  • libertad de movimientos dentro del museo: el edificio no tiene escaleras, sino un pasillo en ligera cuesta arriba que va dando vueltas por el edificio y une todas las salas, creando un recorrido circular y ascendente y dividiendo las salas entre sí: el visitante no atraviesa una única sala amplia, sino que puede elegir qué salas visitar, en función de su temática o periodo histórico, y pasar de largo si no le interesa. Se trata de otra idea del arquitecto, que no se ve muy a menudo en otros museos del mundo.




El pasillo tiene en diversos puntos, en el lado opuesto a las salas, grandes ventanales que dan a patios interiores con plantas: de esta manera se consigue ahorrar energía mediante la iluminación y ventilación naturales. La luz natural entra en las salas de exposición, pero no da directamente en las piezas, que pueden deteriorarse con el exceso de luminosidad, además de que no se verían bien.


En una curva del pasillo hay un espacio reservado para una maqueta del edificio, donde se pueden apreciar en conjunto todos estos datos sobre su construcción.


La última sala contiene un gran tragaluz en el centro del techo: es otro ejemplo más del manejo de la luz por parte del arquitecto para introducirla dentro de la sala.

En 2001 el Ministerio de Cultura de Grecia lo define como monumento histórico y obra de arte.



Museo Judío de Salónica

La presencia de judíos en Salónica ha sido elevada desde tiempos muy antiguos. Se cuenta que el apóstol Pablo predicó 3 sábados seguidos en la sinagoga de Salónica antes de abandonar la ciudad.

Los judíos ejercían numerosas actividades profesionales: eran comerciantes, artesanos, campesinos, trabajadores de la seda, etc. Estaban sobre todo en esta zona de Salónica, Ladádica [Aceiterías], porque el puerto llegaba hasta la plaza Elefcerías [de la Libertad]. Alrededor de esta plaza todos los edificios que había eran de uso comercial. La zona estaba llena de columnatas, o estoas, que tenían la función de mercados, como hoy en día.

En el siglo XV llegaron judíos de España y Portugal, pero también de otros lugares del Mediterráneo: Italia, Sicilia, Francia, el norte de África… y Salónica fue denominada «Madre de Israel». En el año 1800 había unos 80 000 judíos en la ciudad, cuando la población total era de 175 000.

No se sabe exactamente cuándo se construyó el edificio que alberga el museo, pero es seguro que fue antes de 1906. Además, se salvó del gran incendio de 1917.




Las persianas metálicas, fabricadas en Francia, que hay a derecha e izquierda de la primera sala de exposición son las originales, de las tiendas que acogía entonces en su interior. Ahora están integradas en el museo y sirven de fondo para los objetos expuestos.

Los muros son de hormigón; el tejado, de uralita. Los principales materiales son la madera y el metal, que la reciente restauración hace que resalten más. Las ventanas, que contribuyen a la iluminación del interior con la luz del sol, se pueden abrir para tener además ventilación natural.


Planta baja


El museo consta de tres niveles: sótano, piso bajo y primer piso, que es el espacio de exhibición principal. En total su superficie es de 565 m2En 1997 fue designado como Patrimonio Cultural y se reformó; fue diseñado de manera que facilitara el recorrido de los visitantes y a la vez despertase su interés. La adecuación del edificio para que pudiera funcionar como museo estuvo basada en el respeto a la estructura original y su historia y en la sobriedad; se tuvo muy en cuenta la conservación de la identidad histórica. El resultado final es que se nota dónde ha sido restaurado y en qué puntos quedó abandonado; se ven las intervenciones que ha ido sufriendo.


Primer piso




Museo de la Guerra de Salónica

Está situado en el Parque de Ares, donde está también el cuartel general del III Cuerpo del Ejército. El edificio, orientado hacia el noreste, fue diseñado para satisfacer las necesidades del ejército otomano. En 1912, con la liberación de Salónica, se instalaron en él diversas unidades militares griegas. Más adelante pasó un periodo en desuso, tras el cual las autoridades políticas y militares decidieron que se usara como delegación del Museo de la Guerra de Atenas.

En 1993 tuvo lugar su restauración y renovación, y en 2000 abrió al público.

Consta de dos pisos con forma rectangular. La cubierta es de tejas y el material principal es el ladrillo. La construcción se basa en el principio de simetría, y presenta características de la arquitectura renacentista: además de la simetría absoluta, sobriedad, ventanas con terraza y verticalidad. Para la organización del espacio se sigue el principio de base-cuerpo-cubierta.

Presenta elementos decorativos, también de influencia renacentista, como una cornisa que sobresale y un frontón triangular que corona la sección central de la fachada. Al principio este frontón era otomano y de estilo barroco.




Una intervención relevante que tuvo lugar en algún momento de la historia del edificio es el cambio en el color de la fachada: de un color pasó a tener dos (entre 1969-70), aunque no se sabe qué color tenía antes de este cambio; en cualquier caso, los dos que se le pusieron son los mismos que se ven en los otros edificios militares de alrededor.

Tras los terremotos del 78 tuvieron lugar varias reformas: el tejado de madera pasó a ser de tejas, y se fijó el frontón, que estaba a punto de caerse.

La organización interior es bastante sencilla, con un recibidor y una escalera central que lleva a las dos alas simétricas que constituyen las salas de exposición.