martes, 24 de mayo de 2016

Ακαλανθίς

Salónica se acaba. Pasado mañana, jueves, nos vamos al pueblo. Del pueblo iremos a Meteora, donde nos encontraremos con unos amigos y pasaremos tres días viendo esa maravilla de la naturaleza; solo en las fotos ya imponen las altísimas rocas, e incluso desde el aire suscita una cierta sensación de vértigo. Nos quedaremos en un camping, es decir, haremos turismo muy low-cost.






Actualización desde Atenas (1 de junio): He aquí algunas fotos del viaje a Meteora:






Quizá lo más espectacular es ver los escarpados riscos sobresalir justo por detrás de las casas de la localidad de Calambaca:







miércoles, 18 de mayo de 2016

Φοίβη



La Feria Internacional del Libro de Salónica es simplemente genial. Ya me gustaba la de Madrid: dos semanas y pico, cientos de casetas de editoriales y otras tantas firmas de libros en ellas bajo el buen tiempo de finales de mayo y principios de junio en el Retiro. La de Salónica, por su parte, son cuatro días, dos pabellones del recinto de ferias y exposiciones, decenas de casetas de editoriales, presentaciones de libros, charlas literarias con escritores y editores, actos para niños, un país concreto cada año al que se dedica la Feria... Este año el país invitado era Rusia, y el espacio que le habían dedicado en uno de los pabellones había continuamente actos diversos, en ruso y en griego, y no solo literarios sino también culturales, y musicales en concreto. También había un espacio reservado para actos y charlas acerca de los refugiados, obviamente los de Siria, pero también tenía un hueco la historia de refugiados de Grecia.


Además, esta edición de la Feria del Libro de Salónica contaba con el I Festival de Literatura Extranjera y Traducción y sus correspondientes charlas, talleres, exposiciones y demás actos relacionados con este noble arte a cargo de traductores, profesores y personajes afines, además de conversaciones con autores extranjeros y presentaciones de sus obras. El espacio reservado para este Festival dentro de la Feria era la Sala Babel. Evidentemente.

Fuente: http://thessalonikibookfair.helexpo.gr/
El primer día, jueves, antes incluso de la inauguración oficial, ya empezaban las actividades a las cinco de la tarde, y allí estaba yo, en la Sala Galería para ver a Constandinos Paleologos como moderador del primer encuentro de traductores: una traductora de español, una de portugués y uno de danés, alemán y otras lenguas escandinavas y bálticas que charlaban sobre anécdotas de la profesión. Después ya pude hacerme con un programa, lamentar que tantas cosas interesantes coincidieran a la misma hora en distintos pabellones y marcar lo ineludible. Las salas tenían todas nombres sugerentes: Sala Aristóteles, Sala Babel, Sala Galería, Sala Refugiados, Sala William Shakespeare, Sala Nicólaos Yermanós (fundador de la Exposición Internacional de Salónica en 1925) y Café Filológico.

Otro de los días, en un acto con Petros Márkaris organizado por el Goethe Institut para germanófonos, el escritor adelantó que su próximo libro saldría en breve y se titularía 'Offshore'. Además, hablando sobre las minorías étnicas en otro país, contó que él mismo pertenecía de niño a la minoría de griegos en Estambul, donde todas las minorías se juntaban entre sí; sus amigos eran judíos que hablaban ladino, y cuando iba a casa de alguno saludaba a la madre: «Hola, señora», y ella le decía «¿Qué quieres, chiquitico?».



Al hilo de esto, fue también inspiradora la charla (moderada por el traductor británico Daniel Hahn) con tres autores canadienses, cada uno con un vínculo exótico: Madeleine Thien (Malasia, China), Rawi Hage (Líbano) y Joseph Kertes (Hungría). Los tres hicieron hincapié en la evidente influencia de sus dispares procedencias (bien por padre y madre, bien por uno de ellos) en sus obras.

Conocí en persona, y obtuve su firma, a varios escritores griegos contemporáneos, como Yorgos Scabardonis, Jristos Jomenidis y Alecos Papadatos. Sufrí por la traductora de Rob Davis, que presentaba su traducción al griego de la nueva novela gráfica del británico y le hacía interpretación consecutiva inglés-griego no prevista y por tanto sin papel a mano; tuvo que apañarse con un lápiz y un folleto de la Feria hasta que un alma caritativa que la veía sudar le alargó un folio. Admiré a la intérprete simultánea inglés-griego-inglés para extranjeros anglófonos que se pasó cuatro días viviendo en la cabina interpretando a y para anglófonos nativos y no nativos. Y escuché el euskera por primera vez en mi vida durante la charla de la escritora invitada Katixa Aguirre, que siempre publica en esta lengua y nos leyó un fragmento de su última novela.

Entre catálogos, programas, folletos, marcapáginas, libros y cuadernos
al final no me salió tan cara la broma.



Fue una pena que Γιώργος, el gusano de biblioteca más gordo que jamás he conocido y conoceré, no haya podido disfrutar de estos días tan bibliofílicos. Otro año será. Por de pronto lleva un par de días aquí y estamos aprovechando nuestros últimos días en Salónica saliendo a pasear con el buen tiempo.

domingo, 8 de mayo de 2016

Θαλλώ

Primavera en Nueva Trebisonda

Acabamos de volver de una comida espléndida en un restaurante de Viejo Pandeleímonas, un pintoresco pueblecito situado al sur de Caterini y al este del Parque Nacional del Olimpo, en el extremo occidental del golfo Termaico y con vistas al famoso castillo de Platamonas. No conozco el motivo por el que los tíos han decidido precisamente ese lugar, pero probablemente los ha movido la nueva programación de Γιώργος. Resulta que, a pesar de que tras unos meses en Nea Visa decidió hacerse fijo en el cuartel de allí, al volver del permiso de Pascua el lunes 2 le notificaron que tenía un nuevo destino: Platamonas. Así que, en lugar de aquel permiso larguísimo de cuarenta días justo al final del servicio con el que soñaba para poder trabajar todo julio y medio junio, tendría uno de quince días en la segunda mitad de mayo antes de cambiar de cuartel y otro de entre doce y nueve días al final, es decir, a finales de julio y hasta el 9 de agosto.


Castillo de Platamonas

La primera semana de Pascua se fue rapidísimo entre Samotracia y los reencuentros familiares, hasta el Domingo de Resurrección en que hicimos la tradicional barbacoa. El martes por la mañana terminaba el permiso de Pascua de Γιώργος y debía volver a presentarse en el cuartel, por lo que cogió el tren a Nea Visa de madrugada.

La segunda semana, aunque he estado más sola, ha sido también divertida porque he podido ver el festival Ipsilandis, una serie de actos culturales que organiza cada Pascua la Asociación Cultural Póntica de Nea Trapesunda en honor al patrón del pueblo, Aléxandros Ipsilandis, uno de los instigadores de la Guerra de Independencia.

El primer día tuvo lugar la inauguración de las jornadas, que este año estaban dedicadas al dialecto póntico de la región del Ofis, de donde proceden la mayoría de las familias del pueblo y una de las zonas de Turquía donde aún hoy se mantienen la lengua y cultura pónticas. Contamos con la participación del turco Ömer Asan, que dio una charla (interpretada en la modalidad consecutiva por un profesor de instituto turcólogo de Caterini) sobre este dialecto como variedad de la lengua póntica y su recepción en la Turquía moderna; él mismo nació en un pueblecito de la región del Ofis, y el póntico fue su lengua materna hasta que en el colegio aprendió el turco.

Fuente: http://kolindrinamaslatia.blogspot.com.es/2016/05/2016-omer-asan.html

Ömer Asan escribió hace veinte años un libro titulado Pontos Kültürü, que fue traducido al griego con el título Ο πολιτισμός του Πόντου [La cultura del Ponto], el cual le granjeó en 2002 un juicio en Turquía por «propaganda escrita con el objetivo de desmembrar Turquía y ofensa a la memoria de Kemal Atatürk». Fue necesaria la intervención del Parlamento Europeo para que se retirasen las acusaciones. Al final del acto le fue concedido el premio Aléxandros Ipsilandis por su contribución a la difusión de la cultura de la región del Ofis.

Fuente: http://kolindrinamaslatia.blogspot.com.es/2016/05/2016-omer-asan.html

El caso es que después del acto fui a la estantería del tío Βασίλης y (h)ojeé el dichoso libro. Encontré un pasaje bonito en la introducción, pero también otro en el primer capítulo que no me pareció del todo aceptable. Resulta que, por mucho que este señor sea de familia pontia y haya querido difundir esa cultura en un libro, por encima de todas las cosas se trata de un turco, y en Turquía el discurso oficial es que ellos han estado desde siempre en la península de Anatolia (no que llegaron en el siglo XI procedentes de Asia Central), y que por tanto los diferentes pueblos que han poblado la región eran todos pueblos túrquicos.

Si alguna vez siente en el rostro y el corazón el soplido de un suave y agradable vientecillo y se siente feliz, debe darse cuenta de que ese airecillo sopla desde Trebisonda. Y si desde algún lugar llegan canciones a sus oídos, aunque sean palabras inconexas, sepa que son las canciones que cantamos nosotros desde enfrente. Y esas canciones transportan incansables el aire que sopla desde Turquía y Grecia. ¿Quién puede resistirse a ese aire?

1. Quiénes fueron los primeros habitantes de Ofis
Según Hasan Umur y también según la opinión extendida entre los habitantes de la región del Ofis de que ésta no era un bosque vacío, cuando llegaron los griegos. [sic] Había personas que vivían en Ofis y, como se refiere arriba, estos eran turcos. Puede considerarse que se helenizaron gracias a la cultura y la literatura de los griegos y más tarde con su religión cristiana. En consecuencia, es indudable que entre la gente que habita hoy en día en Ofis hay también descendientes de los antiguos turcos.
De acuerdo con ciertos historiadores, los hititas, escitas y caldeos eran los pueblos turcos que constituían los primeros nativos de la zona y tenían una historia mucho más antigua que los griegos. De nuevo según otros historiadores, el Ponto fue la última de las regiones de Asia Menor (o Anatolia) donde se instaló un gran número de turcos. Los turcos llevaron a cabo nuevos saqueos al descender en 1057 de las montañas situadas sobre Trebisonda y en 1073-1074 (Claude Cahen, Pre-Ottoman Turkey, trad. J. Jones, London, Sedgwick and Jackson, 1968, págs. 70-73) invadieron (...)

Después de otorgarle el premio a Ömer Asan, disfrutamos de unas canciones pónticas a cargo del coro de la Asociación, en el que participa el tío Βασίλης.

Fuente: http://kolindrinamaslatia.blogspot.com.es/2016/05/2016-omer-asan.html

El segundo día del festival asistimos a la representación de El enfermo imaginario, de Molière, a cargo de los niños y adolescentes del pueblo, entre ellos las dos primas de Γιώργος. La adaptación para niños estuvo bastante lograda, pues tanto los chistes como el lenguaje en general funcionaban a la perfección. Fue divertidísimo. Además, el lenguaje era actual pero las vestimentas no, y era muy gracioso verlos a todos con las pelucas, camisas y medias del siglo XVII.

El porche de casa desde la terraza del tío Βασίλης

El tercer día vimos otra representación, interesantísima y también divertidísima: la de la obra Ο χωρέτες [El campesino], a cargo de los actores de la Asociación.

Fuente: e-Pontos.gr

¿Qué ocurre cuando la viuda presidenta de Defensa de los Refugiados se enamora de Stilos, un pontio solterón que llega a Macedonia como refugiado?
El escritor hace referencia a la época de 1924, cuando los refugiados pontios, tras el Desastre de Asia Menor de 1922, se instalaron en Grecia y sobre todo en Macedonia. El Estado y la población autóctona intentan ayudar todo cuanto pueden a los desdichados pero orgullosos refugiados pontios.
Entre los comités y sociedades creados a este efecto estaba la sociedad de Defensa de los Refugiados, cuya presidenta era una viuda rica y hermosa, residente en Salónica. Esta presidenta quiso visitar un pueblo de refugiados para ver de cerca sus problemas. Allí conoce al tío de su cuñado, un apuesto solterón que no habla más que griego póntico. Entre ambos surge un sentimiento que cada uno oculta del otro, y en su intento por manifestarlo, acaban metiéndose a escondidas en el suplicio de aprender el habla del otro.
La obra se entiende perfectamente porque gran parte de los diálogos es en griego. Sin embargo, lo que provoca la risa del público es que, cuando cada uno intenta aprender la lengua del otro, en la realidad no hacen más que «pegarle patadas».

Fuente: e-Pontos.gr
Sobre el autor
Fílonas Ctenidis pasó su infancia en Cromne (al sur de Trebisonda) y en 1906 se graduó con la calificación de Sobresaliente en el Instituto de Trebisonda. Entre 1906 y 1909 trabajó como contable al tiempo que publicaba artículos en el periódico Εθνική Δράσις [Acción Nacional] de su ciudad natal, y en 1910 fue director de un periódico suyo, el quincenal Επιθεώρηση [Revisión].
Más adelante fue deportado por los Jóvenes Turcos y se instaló en Atenas, donde se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad. Luchó como voluntario junto con el ejército griego en Epiro y Macedonia en 1912-13. En 1914-15 regresó a Trebisonda para ejercer de médico voluntario y tras la entrada de las tropas rusas en la ciudad (1916) se marchó al Cáucaso, donde trabajó como médico militar en el mayor hospital militar ruso de Plátana (al este de Trebisonda).
En 1922 volvió a Salónica, y en las elecciones de 1935 fue elegido diputado por Atenas en el partido Συμπραττόντων Κυβερνητικών Κομμάτων [Partidos Gubernamentales Colaboradores], con 71.531 votos. En 1938 se instaló en Salónica permanentemente, donde trabajó como médico. Escribió 17 obras teatrales pónticas.

El Olimpo aún nevado
Por cierto, que la prima Φανή participaba en la representación, vestida con el traje tradicional póntico, en la escena de cierre de la obra que consiste en una fiesta donde todos los habitantes del pueblo bailan al son de la lira póntica.

Los Montes de Piería al atardecer

domingo, 1 de mayo de 2016

Σελήνη


Samotracia es una isla hermosísima. Supongo que ha contribuido a mi imagen de ella el que sea primavera, pero afirmaría que incluso en invierno no se desprende de ni un ápice de esa belleza.


Hemos recorrido toda la isla gracias a una oferta de alojamiento + alquiler de coche gratis para un día, hemos comido espectacularmente bien y únicamente no nos hemos bañado porque al agua le faltaban unos cuantos grados aún.

Una cafatería cualquiera de Samotracia.

La capital de la isla.

Otra Victoria, a la entrada de la capital.

Santuario de los Grandes Dioses.









Camariótisa, el puerto de la isla.

La península de Galípoli a lo lejos