miércoles, 31 de agosto de 2016

Λητώ

Debería hacer un balance, pero son demasiadas cosas. Es demasiado tiempo. Demasiado reciente.

Adiós, Atenas. Adiós, Grecia.


La carta de la cafetería del Museo de la Acrópolis

Licabeto

Estadio Panateniense, Templo de Zeus Olímpico y Arco/Puerta de Adriano

Murallas ciclópeas

España a Grecia



lunes, 22 de agosto de 2016

Ρέα

Ahora que por fin está aquí Γιώργος lo llevo mejor. Como los últimos días en Salónica, estamos aprovechando para volver a ver Atenas por última vez y visitar aquello que nos quedó. Por ejemplo, volvimos al cementerio del Cerámico, ese recinto arqueológico tan bello y tan olvidado.

Fragmento de la muralla que rodeaba la antigua Atenas y que dividió el barrio en el Cerámico Interior y el Cerámico Exterior. El Interior continuó siendo barrio y el Exterior se convirtió en cementerio.

El Erídano, afluente del Iliso, a su vez afluente del Céfiso hasta la modificación del tramo final de su cauce.













Otro día fuimos al Museo de la Acrópolis, donde estos días hay una exposición permanente interesantísima sobre la antigua ciudad de Dodona y su oráculo, el segundo mayor de la Antigüedad.











Nuestra estancia en Atenas tiene los días contados: nos queda una semana y un día. El fin de semana van a venir los tíos del pueblo únicamente para despedirse de nosotros. Repito: se van a dar una paliza en autobús para recorrer dos veces en dos días los más de 400 km que nos separan. Eso es amor.

domingo, 31 de julio de 2016

Τελετή

Cumpleaños feliz
Cumpleaños feliz
Me deseo yo sola
cumpleaños feliz.


Γιώργος viene esta noche porque le quitaron cinco días de permiso por la cara y ayer tuve que montarme la celebración yo sola.

lunes, 18 de julio de 2016

Δίκη

Estoy de la gente imbécil, incompetente e inútil hasta el mismísimo muní. Primero los de la Embajada de España en Atenas, quienes no quiero dejar de destacar que aún no me han enviado a casa mi copia sellada de la solicitud de voto por correo, desde el 13 de mayo que fui al Consulado de Salónica a tramitarlo. Pero no nos enviemos. El caso es que el otro día llego a la Embajada, llamo al telefonillo y...

—Παρακαλώ;
—Hola, venía a traducir unos documentos.
—Ok, come in.

¿EN SERIO? Pues entro y tras el cristal veo a un hombre de unos treinta años (genial, mi amiga está de vacaciones) y, sobre su mesa, el diccionario azul y el amarillo. El sujeto hablaría muy bien español, pero ¿qué hace atendiendo al público en una embajada de otro país? Creía que había que ser funcionario para trabajar en una sección consular. Y aunque lo sea, las embajadas están para solucionar problemas que le surgen a la gente en otro país; si encima te atiende un extranjero, ¿qué te va a saber solucionar? Ni siquiera entendió a la primera que lo que yo quería era traducir los documentos que le llevaba. Eran el título y demás papeles académicos de Γιώργος para poder preinscribirse, y luego matricularse, en el máster de la UMA.

Cuando por fin entendió mis intenciones, me explicó amablemente que en la Embajada de España no hay servicio de traducción y que debía llevar los papeles al servicio de traducción del Ministerio de Exteriores griego. Sí, allí donde no tienen ni idea de español ni de traducción (y menos de traducción inversa al español) y donde grapan títulos oficiales originales, dejándoles, en el mejor de los casos, dos adorables agujeritos para toda la vida. Una vez traducidos allí, en la Embajada de España los sellarían todos y así validarían la traducción para su uso en la Administración española, que solo acepta traducciones de embajadas o de traductores jurados de la lista oficial, y muy bien que hace.

Volví a casa y lo primero que hice fue escribirle al traductor jurado de griego que vive en Atenas (ya lo tenía fichado de haber consultado la lista oficial hace dos años), y me contestó amablemente que estaba fuera de Atenas. Probablemente de vacaciones. Le escribí entonces a Vicente para preguntarle si Leandro, el profe de griego de la EOI de Madrid que se presentó el año pasado a los exámenes de jurado y aprobó, está habilitado para ejercer, pues en la lista no aparecen datos suyos. Esperé de miércoles a lunes, y como Vicente no contestaba le escribí a María, pero para preguntarle si Vicente estaba bien. Me pasó el correo de Leandro y me indicó que llevaban unas semanas frenéticas en la UMA. Leandro, por su parte, me explicó que había un problema administrativo y aún no estaba habilitado para ejercer de traductor jurado, así que tenía que buscar otra solución. Cualquier cosa antes que dejar los documentos en el otro lado. Busqué entonces en la lista al profesor de griego de la UAM, que tampoco estaba disponible pero le reenvió el mensaje a un compañero que me pidió los documentos escaneados para hacer un presupuesto. Salí corriendo a una copistería, le envié los pdf y calculó unos 150 €. Entonces fue cuando llamé a Γιώργος y le conté todo esto, porque en última instancia los documentos y el proceso de preinscripción eran suyos y él tenía la última palabra. Dijo que los llevara al ministerio, que total, iba a salir más barato. Allá él.

Segundo, el tío que me atendió en el ministerio vio que en la solicitud de traducción yo había marcado la casilla de «Traducir la Apostilla de La Haya» y me espetó que cómo quería que la tradujesen, si lo que yo les daba era una fotocopia. Claro, te voy a dar el título original para que lo grapes. Le dije que era una fotocopia compulsada (aquello más sellos y firmas oficiales no podía tener), así que la Apostilla fotocopiada era válida, y él en sus trece. Hasta el punto de ignorarme mientras se lo explicaba. Y mientras le preguntaba en su cara «¿Me está escuchando?». Al final lo dejé y me fui diciéndome que hicieran lo que quisieran.

Sin embargo, como me quedé con la mosca detrás de la oreja, decidí asegurarme y escribir un correo a la Oficina de Información de la UMA. Y entré en contacto con el tercer imbécil, un funcionario con profundas deficiencias de comprensión lectora.


Cuando por fin recogí las traducciones (bastante mejorables) tres semanas después, las llevé a la embajada y ya había vuelto de vacaciones mi amiga granadina. Le dejé las traducciones de los cuatro documentos por duplicado para que las sellara y siete eurazos por página. No sin antes...

—Παρακαλώ;
—Hola, vengo a que me sellen unos documentos.
—Come in.

Al día siguiente regresé a recoger las malditas traducciones selladas.

—Παρακαλώ;
—Hola, venía a recoger unos papeles que dejé ayer.
—Come in, come in.

Por si todos estos inútiles no fueran suficientes, también tuve un encontronazo virtual con una de las jefas. Y van cuatro:

Hola, XXX. Confirmado queda; este lo hará Yorgos también.

Te quería preguntar, ¿no hay más tours para julio? ¿Solo el que hice el día 3 y el que me mandaste ayer para el 21? Me parece raro porque el año pasado el 12 de julio ya habíamos hecho cinco tours, y en el resto del mes hicimos otros ocho. ¿O es que se los estáis mandando a Kiriacos? Es más que nada porque nos habíais dicho que esperabais este verano aún más clientes que el anterior, y esperábamos juntar algo de dinero al final, Yorgos para pagarse un máster y yo porque, como os comentamos, esta vez ya no tenemos casa en Atenas y estoy de alquiler, y esperaba que por lo menos me diera para los gastos, pero el mes pasado solo me dio justo para la mitad del alquiler + supermercado.
Un saludo.
Hola Julia,
Este año hay el mes de julio ha sido mucho más flojo que el año y algunos clientes no quieren el tour.
Estamos repartiendo a partes iguales los tour entre vosotros y Kyriakos ya que nos ha estado dando apoyo estos meses, de hecho le hemos dado menos tour a Kyriakos que a ti este mes.
En Agosto tenemos más tours que en julio pero quizás menos que en agosto del año pasado, pero este año en general está siendo más flojo ya que la crisis está afectando y muchos clientes no cogen el tour.

Pero Kiriacos os ha estado ayudando estos meses porque nosotros no estábamos. Tenía entendido que el trato era que, una vez entramos nosotros, él pasa a un segundo plano y hace solo los tours que nos coinciden a nosotros (o en este caso a mí, hasta que venga Yorgos el 26) el mismo día a horas diferentes, por ejemplo, como hacía yo el verano pasado con Yorgos, vamos. Es que para el volumen de tours que hemos tenido hasta ahora, los podía haber hecho una sola persona. Por otra parte, no creo que la culpa sea de la crisis, porque el año pasado también había y tuvimos trece tours en julio (más los de Yota), frente a los dos de ahora. 

Buenos días Yorgos;
Cómo estás? Espero que bien.
Sé que hasta el día 26 no regresas, pero a partir de ahora serás tú quién gestione y haga el reparto de los tours. Como hasta el 26 no vendrás se los pasaré a Julia pero te pondré a ti en copia puesto que ya voy a pasar algunos tours para agosto (que tu repartirás e irás apuntando quien los ha realizado para hacer el pago a la persona que corresponda). Como hemos quedado tú y yo, serás tú el que haga los tours (junto con Julia), pero me gustaría que también tuvieras en cuenta a Kyriakos puesto que es un guía local griego  del que la gente viene muy contenta con su trabajo.
Comentarte que  siento discrepar sobre el email de Julia (email que no parece para nada correcto), la crisis está afectando en general a todo el turismo en España y a mayores los primeros meses del año hubo otros factores como el tema de los refugiados que nos ha afectado a las ventas. Muchos clientes de los que tenemos este año no quieren el tour o van directamente a las islas. Por otro lado no creo que yo (XXX en este caso) tenga que dar explicaciones sobre la facturación y ventas de este año. 
Cuando regreses me gustaría que te pusieras en contacto conmigo para charlar sobre el tema.

Mira, XXX, no te parecerá correcto mi correo, pero a mí tampoco me parece bien que me mandes un correo hablando sobre mí en tercera persona. En primer lugar, Kiriacos no es un guía local griego, sino un muchacho griego que se gana la vida dando clases particulares de español. Y en segundo lugar, insisto en que refugiados y crisis había también el verano pasado; y quizás sí que deberías darnos alguna pequeña explicación sobre la facturación de XXX puesto que nosotros trabajamos para vosotros. Si mis gastos totales del mes son 400 € y en julio voy a tener solo dos tours por los que voy a ganar 60, sinceramente, me parece una limosna.

No ha contestado hasta hoy y no creo que vuelva a dirigirme la palabra, pero creo firmemente que tengo toda la razón.


Aparte de todo esto, el ambiente en casa no es que sea del todo propicio para ayudarme a relajarme. Resulta que aquí nadie se va hasta finales de verano, para aprovechar, y además a principios de mes llegó un inquilino que calificaría como más sucio que la gata y que ocupó la cuarta habitación, que había quedado libre. De hecho, esta habitación es el salón de la casa, así que es la que tiene la terraza y ya no puedo tender ahí. Se pasa el día dibujando (es tatuador y ha montado su estudio en su cuarto) con música a toda pastilla sin preguntar a quién molesta o a quién no.

Ayer se fue el hermano de la otra, que me había robado el colchón extra que tenía debajo de mi cama para cuando viniera Γιώργος, que también ponía su música durante todo el día y cuya presencia contribuía a atestar la casa, el baño y la cocina.

Qué asco de vida.

lunes, 27 de junio de 2016

Μενοίτιος


El Festival LEA es una de las alegrías que nos da Atenas a los bibliófilos. Se trata de un evento en el que participan numerosas instituciones: El Instituto Cervantes, las universidades de Atenas y Salónica (o sus departamentos de español), editoriales griegas que han publicado a autores hispanófonos o a autores griegos que participan, y la Embajada de España y las de los demás países que traigan algún representante literario. Por cierto, me he dado cuenta de que dos participantes imprescindibles son Petros Márkaris y el embajador de la Grecidad: han estado en la edición de este año, estuvieron en la anterior y en Google aparecen imágenes de ellos en otras ediciones. Olalla da igual si va para presentar un nuevo libro suyo o para dar una conferencia sobre el Quijote, del que todos sabemos perfectamente que él es un reputado estudioso con numerosísimas y densas publicaciones sobre el tema.

[Otra cosa curiosa acerca del LEA es su duración: este año ha sido del 21 al 25 de junio, el año pasado del 15 al 20 y en 2014 del 2 al 14. ¿A qué se debe tal mengua? Quizá esté relacionado con esto.]

El LEA es uno de los mayores eventos culturales y literarios de Atenas, y llevo un tiempo diciendo que, a pesar del LEA, de los actos que organiza el Cervantes y de las de la librería ΙΑΝΟΣ, que tiene muchísima más actividad que la de Salónica, la ciudad de la Torre Blanca es bastante más activa culturalmente que Atenas. Basta mencionar a modo de ejemplo que la Feria del Libro más grande de Grecia, que además tiene carácter internacional, se celebra allí y no aquí.

Esta octava edición del Festival LEA nos traía, en primer lugar, un taller de traducción literaria en la academia de lenguas ibéricas Abanico con el escritor mexicano afincado en Madrid Jorge F. Hernández. Un tipo muy simpático, bilingüe (su lengua materna es el inglés estadounidense; el español lo aprendió más tarde) y visiblemente complacido de haber sido invitado en Grecia. El siguiente acto al que asistí era una mesa redonda llamada «Mi patria, mi lengua» y compuesta por Constandinos Paleologos (moderador) y los escritores Takis Ceodorópulos, Jorge F. Hernández y Andrés Neuman; la intervención de este último, escritor y traductor hispano-argentino residente en España, me llamó la atención por su forma de plantearla: aseguró dominar ambos dialectos, el español de argentina y el castellano, por haber vivido a ambas orillas del atlántico, y, aprovechando que estaba en Grecia, decidió hablar en uno y otro según la pregunta. El resultado fue un perfecto castellano por un lado y un castellano sin ces ni elles por el otro, no sé si me explico.

La mesa redonda «La novela policiaca en el Mediterráneo y en Latinoamérica», con el argentino Ernesto Mallo y Petros Márkaris, quizá me gustó más porque tenía interpretación consecutiva que por lo que tenían que decir. Al hilo de esto, quizá el acto más interesante, y a la vez el menos literario, fue la charla de Petros MárKaris con Cristina Manresa, la primera mujer comisaria de los Mozos de Escuadra desde 2009, también con interpretación consecutiva.

El tercer día asistí a tres actos seguidos: una conversación con Jorge F. Hernández, de nuevo, una charla de Andrés Neuman sobre él mismo, Cervantes y el Quijote y la presentación de tres libros del hispano-argentino traducidos al griego.

Al embajador de la Grecidad también lo vi, por más que lo quisiera evitar. Llegué al café-librería (Poems&Crimes) a las 5 de la tarde con mi libro para leer, porque había un acto con el poeta valenciano Juan Vicente Piqueras de 5 a 7 y después me interesaba otro acto a las 8 en el mismo lugar. Me senté, me preguntaron si quería tomar algo y pedí un frapé de 3 euros. Y esperé. A eso de las 5:30, sin que hubiera empezado acto alguno, llega un grupo de hombres y se sientan en la mesa de al lado. Pero antes de sentarse, mi mirada coincidió con la de uno de ellos: el embajador. Enseguida ambos apartamos los ojos, como dando a entender que «no te he visto y no me has visto». No sé si me reconoció o no, pero tras casi otra media hora leyendo, esta vez con la mano puesta en la cara porque dar la vuelta a la mesa y sentarme de espaldas a ellos sí que habría sido muy descarado, y sin que empezara aún el acto del poeta, decidí pagar el café y marcharme. Cuando salía me pareció oír un trajín que, supuse, indicaba la preparación del inminente acto (ajá: era de 6 a 7 y no de 5 a 7; error de impresión o rectificación de última hora), y ahí los dejé a los dos: al poeta y al embajador. Me fui a casa y volví para ver el siguiente acto a las 8.

viernes, 17 de junio de 2016

Ευνομία

Caterini - Atenas
Llevo ya más de medio mes en Atenas. Los últimos días en Salónica antes de la mudanza fueron frenéticos, empaquetando los libros para enviarlos y recogiéndolo todo. Después, como dije, vimos Meteora (ya actualicé la entrada anterior con las fotos un par de días después de instalarme en Atenas) y nos despedimos de la familia del pueblo hasta no se sabe muy bien cuándo.

No ocupa lugar, dicen
Pues bien, yo que llevaba toda la vida evitando Erasmus e intercambios, aprovechando que en Grecia los alquileres están en general tirados de precio para poder vivir sola antes que mal acompañada y viendo cómo viven de Erasmus los que no se lo montan tan bien como yo, he acabado a mis casi veintiséis años viviendo en uno de esos pisos compartidos de estudiantes que no tienen más mierda (los pisos) porque no les cabe y no son más ruidosos (los estudiantes) porque... no lo sé.

He cambiado mis vistas al Olimpo por esto
Por si fuera poco, desde hace unos días tenemos una gata que se acuesta en cualquier parte, y como además está muy maleducada no hace más que subirse a las camas, las mesas y las baldas de los armarios, de modo que únicamente sirve para transportar la mierda del suelo por toda la casa y ensuciar mi cuarto, que es lo único que hasta ahora podía mantener limpio.

Menos mal que, como me repito varias veces cada día, son Erasmus y a finales de junio se irán y me dejarán la casa para mí sola. O eso me dijo el casero cuando contacté con él.

Aparte de esta fascinante vida doméstica de la que solo he aportado un pequeño apunte (no comentaré nada acerca de la suciedad, pequeñez y escasez de útiles de la cocina), la laboral, la que me ha hecho dejar mi adorada Salónica, tampoco ayuda: ayer hice el último tour que me han mandado para junio, el quinto, y no parece que vaya a haber más para la segunda quincena porque ya me habrían escrito. Así que nada, de vacaciones. Espero que en julio aumenten, porque estos cinco equivalen a 195 €, que es exactamente el alquiler de la habitación, y el supermercado me lo pago yo, ¿no?

Drama en el portal ateniense


martes, 24 de mayo de 2016

Ακαλανθίς

Salónica se acaba. Pasado mañana, jueves, nos vamos al pueblo. Del pueblo iremos a Meteora, donde nos encontraremos con unos amigos y pasaremos tres días viendo esa maravilla de la naturaleza; solo en las fotos ya imponen las altísimas rocas, e incluso desde el aire suscita una cierta sensación de vértigo. Nos quedaremos en un camping, es decir, haremos turismo muy low-cost.






Actualización desde Atenas (1 de junio): He aquí algunas fotos del viaje a Meteora:






Quizá lo más espectacular es ver los escarpados riscos sobresalir justo por detrás de las casas de la localidad de Calambaca:







miércoles, 18 de mayo de 2016

Φοίβη



La Feria Internacional del Libro de Salónica es simplemente genial. Ya me gustaba la de Madrid: dos semanas y pico, cientos de casetas de editoriales y otras tantas firmas de libros en ellas bajo el buen tiempo de finales de mayo y principios de junio en el Retiro. La de Salónica, por su parte, son cuatro días, dos pabellones del recinto de ferias y exposiciones, decenas de casetas de editoriales, presentaciones de libros, charlas literarias con escritores y editores, actos para niños, un país concreto cada año al que se dedica la Feria... Este año el país invitado era Rusia, y el espacio que le habían dedicado en uno de los pabellones había continuamente actos diversos, en ruso y en griego, y no solo literarios sino también culturales, y musicales en concreto. También había un espacio reservado para actos y charlas acerca de los refugiados, obviamente los de Siria, pero también tenía un hueco la historia de refugiados de Grecia.


Además, esta edición de la Feria del Libro de Salónica contaba con el I Festival de Literatura Extranjera y Traducción y sus correspondientes charlas, talleres, exposiciones y demás actos relacionados con este noble arte a cargo de traductores, profesores y personajes afines, además de conversaciones con autores extranjeros y presentaciones de sus obras. El espacio reservado para este Festival dentro de la Feria era la Sala Babel. Evidentemente.

Fuente: http://thessalonikibookfair.helexpo.gr/
El primer día, jueves, antes incluso de la inauguración oficial, ya empezaban las actividades a las cinco de la tarde, y allí estaba yo, en la Sala Galería para ver a Constandinos Paleologos como moderador del primer encuentro de traductores: una traductora de español, una de portugués y uno de danés, alemán y otras lenguas escandinavas y bálticas que charlaban sobre anécdotas de la profesión. Después ya pude hacerme con un programa, lamentar que tantas cosas interesantes coincidieran a la misma hora en distintos pabellones y marcar lo ineludible. Las salas tenían todas nombres sugerentes: Sala Aristóteles, Sala Babel, Sala Galería, Sala Refugiados, Sala William Shakespeare, Sala Nicólaos Yermanós (fundador de la Exposición Internacional de Salónica en 1925) y Café Filológico.

Otro de los días, en un acto con Petros Márkaris organizado por el Goethe Institut para germanófonos, el escritor adelantó que su próximo libro saldría en breve y se titularía 'Offshore'. Además, hablando sobre las minorías étnicas en otro país, contó que él mismo pertenecía de niño a la minoría de griegos en Estambul, donde todas las minorías se juntaban entre sí; sus amigos eran judíos que hablaban ladino, y cuando iba a casa de alguno saludaba a la madre: «Hola, señora», y ella le decía «¿Qué quieres, chiquitico?».



Al hilo de esto, fue también inspiradora la charla (moderada por el traductor británico Daniel Hahn) con tres autores canadienses, cada uno con un vínculo exótico: Madeleine Thien (Malasia, China), Rawi Hage (Líbano) y Joseph Kertes (Hungría). Los tres hicieron hincapié en la evidente influencia de sus dispares procedencias (bien por padre y madre, bien por uno de ellos) en sus obras.

Conocí en persona, y obtuve su firma, a varios escritores griegos contemporáneos, como Yorgos Scabardonis, Jristos Jomenidis y Alecos Papadatos. Sufrí por la traductora de Rob Davis, que presentaba su traducción al griego de la nueva novela gráfica del británico y le hacía interpretación consecutiva inglés-griego no prevista y por tanto sin papel a mano; tuvo que apañarse con un lápiz y un folleto de la Feria hasta que un alma caritativa que la veía sudar le alargó un folio. Admiré a la intérprete simultánea inglés-griego-inglés para extranjeros anglófonos que se pasó cuatro días viviendo en la cabina interpretando a y para anglófonos nativos y no nativos. Y escuché el euskera por primera vez en mi vida durante la charla de la escritora invitada Katixa Aguirre, que siempre publica en esta lengua y nos leyó un fragmento de su última novela.

Entre catálogos, programas, folletos, marcapáginas, libros y cuadernos
al final no me salió tan cara la broma.



Fue una pena que Γιώργος, el gusano de biblioteca más gordo que jamás he conocido y conoceré, no haya podido disfrutar de estos días tan bibliofílicos. Otro año será. Por de pronto lleva un par de días aquí y estamos aprovechando nuestros últimos días en Salónica saliendo a pasear con el buen tiempo.